Casa de Campo Monsefu - Chiclayo

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Casa de Campo en diseñada en estructuras metálicas y prefabricados.

Nuestro cliente poseía una extensa propiedad de 11 hectáreas estratégicamente ubicada en el borde de la carretera que conecta la vibrante ciudad de Chiclayo con la pintoresca ciudad de Monsefú. Ante la necesidad de un refugio de fin de semana que le permitiera disfrutar de la serenidad del campo y al mismo tiempo ser un espacio donde recibir a su familia sin sacrificar su privacidad, nuestro desafío como arquitectos fue concebir una solución innovadora.

La singularidad del proyecto residía en la visión del cliente de que la construcción debía ser fácilmente desmontable, ya que tenía planes futuros para el terreno. Asimismo, solicitaba un estacionamiento techado con capacidad para cuatro vehículos y una apacible piscina que añadiera encanto a su oasis rural.

Colaborando estrechamente con el cliente, decidimos diseñar dos viviendas familiares, una de 100 m² y otra de 60 m², y una tercera vivienda para él. La estrategia de diseño comenzó al identificar un sendero existente en la propiedad, que nos sirvió como punto de partida para la ubicación de las estructuras. Optamos por elevar las viviendas en dos bloques independientes que no tocaban el suelo, preservando así la topografía natural del terreno. Además, concebimos una terraza cubierta que conectaba las dos viviendas, creando un espacio de transición y un lugar para disfrutar de las vistas al entorno natural circundante. La vivienda más pequeña se posicionó ligeramente retrasada con respecto a la vivienda principal, facilitando el acceso a ambas.

Para la construcción, elegimos utilizar estructuras metálicas y cerramientos de cristal y placas de fibrocemento en el exterior, garantizando una combinación armoniosa entre estética y funcionalidad. Todos los muros se equiparon con aislantes térmicos para asegurar un confort óptimo en cualquier época del año. La cubierta se diseñó con losa colaborante y se preparó para enfrentar las lluvias con un sistema de desagües pluviales y una manta asfáltica. Además, implementamos sistemas de bio-digestores para el manejo de aguas residuales y paneles solares parciales para la generación de energía, priorizando la sostenibilidad y la eficiencia energética.

Calculamos que la construcción de las viviendas requeriría aproximadamente 45 días, mientras que otros elementos, como la piscina y los servicios complementarios, demandarían 30 días adicionales. Las piezas estructurales se fabricaron de manera precisa en taller y se transportaron al sitio de la obra para su ensamblaje, lo que nos permitió cumplir rigurosamente con los plazos establecidos.

En respuesta a la falta de acceso a agua potable en la zona, concebimos la construcción de un pozo de agua que no solo abastecería las viviendas, sino que también se convertiría en una fuente vital para el riego de las vastas áreas de cultivo que conformaban las restantes 11 hectáreas de la propiedad.

Durante el proceso, nuestro equipo de arquitectos y diseñadores elaboró meticulosamente todos los planos de especialidades en nuestro estudio, lo que nos otorgó un control absoluto sobre cada aspecto del proyecto y nos permitió cumplir con precisión los plazos establecidos por el cliente.